Omnipresente Macuto Sintético

Recibir un saco plástico es inherente a toda compra. Mientras que la vida útil promedio de una bolsa de plástico es de tan solo unas decenas de minutos, su tiempo de degradación alcanza entre 100 y 400 años. Los recursos naturales y energéticos invertidos en su producción y comercialización son elevados en comparación con el presupuesto considerado para su correcta disposición.

Las bolsas de plástico se volvieron populares después de su introducción en los años 70’s y de su distribución gratuita en supermercados y comercios. Antes de que esto sucediera existían otros métodos de transporte de mercancías pero hoy los hemos olvidado por completo, subyugados por la omnipresencia de estos macutos sintéticos.

No hace falta ser un sabio para intuir el impacto ecológico del uso indiscriminado de bolsas plásticas en el mundo, sin embargo hace falta tener voluntad para independizarse del uso de las mismas y encontrar formas originales que las sustituyan respetando a la madre naturaleza.

Contribuir diariamente

Una forma de contribuir activamente a la disminución en el consumo de sacos de plástico se manifiesta en un gesto tan simple como decir “no,gracias” al momento de pagar en el supermercado. Esta opción habitualmente no es propuesta por las tiendas, que de antemano han dispuesto la fabricación de macutos de plástico como ente publicitario.
La misma bolsa plástica puede reutilizarse varias veces para diferentes propósitos y así alargar su vida servicial.
Si somos previsores, un saco plástico plegado es muy compacto y puede llevarse fácilmente consigo siendo útil en alguna compra espontánea o transporte de objetos.
Para los más osados y dispuestos a contribuir con la causa lo recomendable es invertir en un saco reutilizable elaborado de preferencia con materiales orgánicos, si es posible flexible.
Existen contenedores elaborados en tela y equipados con llantas, esta especie de carrito plegable facilita la transportación de mercancías.
Otra opción son las bolsas de malla (elaboradas también en materiales sintéticos, pero reutilizables y resistentes),estas bolsas eran clásicas para hacer compras en el mercado años atrás.
Sería maravilloso que hubiera una legislación apropiada que controlara la distribución de sacos plásticos en los supermercados y otros comercios, sin embargo por el momento nos toca tomar la iniciativa y prevenir al empleado o cajero que no necesitamos bolsas plásticas para transportar nuestras adquisiciones.
Tomar la decisión de no consumir más sacos realizados en materiales que no son amigables con el planeta tierra y tratar de sensibilizar a otros con el ejemplo de que es posible prescindir del omnipresente macuto sintético es responsabilidad de cada uno de nosotros.

Para aquellos esclavos del uso de estas bolsas sintéticas, existen otras opciones mas favorables para el medio ambiente.Las hay fabricadas en tela de algodón o fibras naturales, una canasta puede sustituir a la bolsa plástica . La opción de sacos de papel o cartón también se encuentra disponible.
Los sacos biodegradables concebidos a base de almidón de patata o maíz representan una alternativa interesante.
Aquellos que suelen acudir al supermercado en auto, pueden trasladar la mercancía directamente en el carrito metálico, sin necesidad de recurrir a otros medios. Otra posibilidad es transportar los alimentos en una mochila, como las que utilizan los niños para ir a la escuela. Los estudiantes europeos suelen hacerlo frecuentemente. Para los que gustan de estar a la moda ya existen diseños de bolsas muy fashion, realizados en materiales orgánicos. Le invito a imaginar formas creativas para transportar sus víveres y otras mercancías.

Acciones concretas

Prohibición de las bolsas de plástico, impuestos sobre su consumo, control de su producción, distribución y venta, multas, exigencia de bolsas en materiales biodegradables son solo algunas medidas que han sido tomadas por las autoridades de distintos países alrededor del mundo, especialmente en Europa y Asia para desanimar el consumo de bolsas sintéticas.

Indistintamente de la legislación que tenga nuestro país en este tema, cada uno de nosotros es capaz de actuar sensiblemente y tomar decisiones verdes.